viernes, 5 de febrero de 2016

A 35 meses de tu partida Comandante



Que rápido pasa el tiempo, y como lo dijo algún autor, tu dimensión, tu proyección y tu grandeza crecen en el transcurrir de los años como crecen las sombras cuando el sol declina. Pero tú no te has ido, sigues más presente y más vivo que nunca, fuiste un momentico a la misa como lo expresa la canción "El Regreso del Amigo".

Mientras que la derecha nos vende el modelo de un gerente exitoso como el señor Miguel Rodríguez, a propósito de este febrero de rebelión victoriosa y que conmemoraremos los 27 años del Sacudón que estremeció a Venezuela. Tú pusiste tus armas al servicio de nuestro pueblo y asumiste tu responsabilidad histórica ante el país, transformando una derrota militar en una victoria política.

Bueno es contextualizar que el liderazgo político del entonces Presidente de la República Carlos Andrés Pérez, y que hoy pretende reencarnar en la derecha personificada en su hijo Henry Ramos Allup, convocó a la represión, a la policía, a la Fuerza Armada, a la policía, para que masacraran a nuestro pueblo. Ese modelo de liderazgo, el de la trocha y mocha es el que pretende volver a subyugarnos.

Bien bueno es que a casi tres años de tu partida y posterior siembra, que los revolucionarios y revolucionarias nos preguntemos a que liderazgo queremos llegar en nuestro país. Pienso que la mejor forma de ejercer ese liderazgo es dando el ejemplo y asumiendo las responsabilidades como tú siempre lo hiciste. Nos enseñaste que el liderazgo contundente no es el que se aplica a través de las fuerzas y de la represión, sino aquél que se da desde la razón, desde el valor ético y desde la lealtad.

¿Cuántos ministros, ministras, diputados, diputadas, gobernadores, gobernadoras y demás servidores públicos y servidoras públicas se ponen al frente de las tareas y pregonar con el ejemplo? José Martí siempre lo dijo: "La palabra motiva, pero el ejemplo convence". Tú siempre fuiste consecuente con lo que creíste, con tu praxis política y moral, congruente entre el decir y el hacer.

Pienso a estos 35 meses de tu partida, que el principal vacío que nos dejaste y principal crisis que afrontamos es que los venezolanos y las venezolanas lamentablemente hemos perdido el sentido de humanidad, ese que siempre te caracterizo, esa severidad amorosa que nos inculcaste a algunos de nosotros. Exigentes y severos en el cumplimiento de las tareas, pero sin perder jamás la ternura. Cuando volvamos a ello, cuando volvamos a ese socialismo genuino y auténtico que nos enseñaste, el chavismo renacerá cual ave fénix.
Un ejército que cabalgue sobre su moral, es invencible. Por ello, el enemigo busca en primer término que nos desmoralicemos para inmovilizarnos. Si el enemigo logra eso, ahí ya nos habrá derrotado. Tu nos enseñaste a creer en las utopías, como la utopía concreta robinsoniana, una de las principales raíces de nuestra revolución.

Debemos volver a tu praxis revolucionaria, a esa práctica recurrente de humanidad todos los días, debemos volverla a insertar en nuestra cotidianidad. Tarea nada sencilla, cuando los anti valores nos bombardean y acosan todos los días, sin embargo no debemos desmayar.

Hoy como hace falta tu ejemplo, el cual es el elemento más importante del liderazgo. Disculpa que insista tanto en este tema, pero creo que la principal crisis que afronta nuestro país tiene que ver con este aspecto: liderazgo. Nos hace falta mucha humanidad, mucho valor, porque a algunos se les ha olvidado que el liderazgo puede deteriorarse. Si no, veamos lo ocurrido el 6 de diciembre, que es una muestra de esta aseveración.

Nicolás Maquiavelo, alguna vez escribió que puede haber ejércitos patriotas y ejércitos mercenarios. Nosotros, tu hijos e hijas, estamos en los ejércitos patriotas, pues nos encendiste ese "fuego sagrado" del despertar y el amor a la patria. Los guerreros de las sombras, los que defienden los intereses del imperio, son parte de esos ejércitos mercenarios, pos la oscuridad de su espíritu, por no seguir ideales y venderse al mejor postor.

En realidad, a los que siguen a los ejércitos mercenarios, allí no hay un verdadero liderazgo, y esa es la principal debilidad de la derecha nacional y transnacional. Nosotros, tus hijos e hijas, herederos y herederas de las glorias de Bolívar, tenemos una fuerza militar importante, una fuerza que es importante para dominar, pero que nos enseñaste a utilizarla para la emancipación, para la libertad.

Tu principal enseñanza, pienso que es que es que el liderazgo se cultiva. Que el líder es un estratega y planifica detalladamente sus acciones. Que el mejor método de enseñanza, cual Samuel Robinson, es el que se basa en la experiencia, puesto que éstas son más difíciles de olvidar. Nos enseñaste que todo líder o lideresa debe tener comprensión amplia de la opinión pública de nuestra necesidad.

Siempre nos recalcaste que la discreción en el manejo del escenario de la Cuarta Generación. Todo conocimiento implica responsabilidad y que debemos aprender a comedirnos.

Lo que te hace inolvidable, es tu valentía, tu moral, y tu desprendimiento para con los demás. Porque se aplica aquello que todo lo que hagas para ti mismo, hasta tú mismo lo olvidas, ahora, todo lo que hagas por los demás, será inolvidable. Por eso es que este pueblo salió a las calles a rescatarte aquel 13 de abril, por eso es que este pueblo se volcó a tu sepelio en la Academia del Ejército cuando te velamos. Por eso es que esta conexión amorosa de este pueblo no se ha roto ni quebrado, y has trascendido más allá de los tiempos, que ni la muerte ha podido anular.

Por eso, mi recuerdo y homenaje a ti en este día especial.
Y en este escenario de nuevas dificultades, y de posibilidades de un nuevo zarpazo y de tormentas. Mi respuesta será la que nos indicaste el 8 de diciembre de 2012: 

¡Unidad, Lucha, Batalla y Victoria!
¡Bolívar y Chávez viven, y sus luchas y la Patria que nos legaron siguen!
¡Hasta la Victoria Siempre!
¡Independencia y Patria Socialista!
¡Viviremos y Venceremos!

Por: Juan Martorano | Viernes, 05/02/2016

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